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viernes, 25 de enero de 2013

"Escuché una vez a un viejo decir en un bar que el hombre, con el tiempo, se acostumbra a todo. Se acostumbra a vivir en Laponia a menos de cuarenta grados, o en Barbate a más de cuarenta. Se acostumbra a estar en una silla de ruedas, a perder un brazo, a no tener padre. Incluso a vivir en un puñetero barco en el fin del mundo. Decía ese viejo, que era la estúpida manera que tenemos de seguir siendo felices.
Pero hay cosas a las que no te acostumbras ni con todo el tiempo del mundo. No te acostumbras al hueco del otro lado de la cama, nunca te acostumbrarás a no ver su sonrisa o dejar de pedir dos copas en un bar, o a comprar dos entradas para un concierto. A no notar su olor, ni sus besos, ni a que se te reviente el alma cada vez que te mires al espejo. Y te das cuenta de que eres el gilipollas más grande del mundo, por haber dejado escapar al amor de tu vida."

domingo, 13 de enero de 2013



Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.